Te molesta si te amo martes de diez a cuatro y fines de semana, el lunes no me sienta bien , hago tanto que no recuerdo que se siente amar en lunes. Sin más ha llegado y es martes, estoy ansioso por verte, ya son cuarto.
Preparo mis labios, una buena caricia y parece que ya te extraño. Con ilusión tú llegada tardía no tiene ninguna relevancia, porque no tengo tiempo para el reproche.
Hace un día que te tenia y hoy frente a mí, el televiso me despierta con el infortunio de que es miércoles y un largo día es elocuente más que prodigo.
En mi casa no hay nada nuevo y menos conocido, tengo dos relojes detenidos y las dos son inequívocas y es las diez y la consecuente son cuatro, la de mañana cuando nos concinos y la subsecuente tu partida.
Llevo días sin saber el horario monocromático de mi reloj , tampoco desvalijo los horarios atrasado, solo reconozco martes de diez a cuanto, cuando es tiempo de amarte en un vientre parecido al tuyo , unos labios sin tu sabor y a un seno que no recuerdo. Es por eso que te amo martes de diez a cuatro y fines de semana, porque sé que es lo horario que memora tú primer beso y la anécdota de conocerte, como tu partida como olvidar si todavía no me doy cuenta de que has partido
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