jueves, 5 de marzo de 2009

experiencia arabe

Las palabras póstumas de un ejecutor.


Sin más porque hacerte vivir te decreto la muerte,
Espacios activos que fermentan la vida correcta,
Hoy los cantares bolcheviques dejaron de vivir,
Los gitanos han dejado de mirar a la luna.
El tiempo presente se delimita de fuegos eternos,
Yo prefiero la vida ya vivida,
La noche indesignable, de las vírgenes,
Prefiero ser el memorara de algún cuento.
Por eso es que las palabras póstumas de un ejecutor,
Son las hambrientas parias del interdicto,
Las sometidas de un exiliado de algún lugar llamado corazón,
Sobre todo cuando se quedo sin fijación,

Solo el ejecutor dijo


La calma prevalece entre en la madrugada , cuando una copa arrima mis desdichas o peor a un cuando alguno me pregunta por mi pasado, y solo me dedico tiempo para tomar el supuesto pasado creando un nuevo futuro. Este ejecutor no conoce de pasado ni de futuros , ha dejando el presente activando nuevas lunas bajo su sombrero .
Alguien le pregunta discretamente ¿porque tomas?

El tomo la copa de vino con honduras para palpitar las siguientes palabras, soy el ejecutado de algún cementerio chiita, que no sabe de qué lugar es o porque pelea , tan solo lucha contra lo desconocido y emplea barbaries contra los mal paridos. A cada letra dicha le declaro la muerte más insensata de mi recuerdo espero pronto no saber de mi, que los ejecutados bajo mi mano sean los mártires de mi sepulcro, canten poderosos muertos que mi pasado está lleno de la amargura, cruel de ser testigo de la vida misma , que me maten, si es que han dejando de odiarme .

En el mismo lugar


Un hombre se levanto con un arma entre las manos apuntando a el ejecutor , con la franqueza con la que se mira al asesino del tiempo, el hombre dijo; tomare tu vida como pago de un te quiero, te arranco la mirada insensata que te dejaron algunas vidas, te doy la muerte con tal de sesear tus heridas , con que pagues las mías y te doy una muerte popular para que quedes guardado en el recuerdo de algunos de tus deseos mas predilectos.


Y el ejecutor dijo- mátame que poco valor tendrás para hacerlo. Dispara entre mi corazón para así destrozar mi ansiedad por sentir nuevamente vida entre mis manos, matarme poco antes de que quiera vivir para ver correr tu dulce vida entre mis manos fúnebres.

El hombre disparo dos ocasiones y cada bala fue certera , el ejecutor cayo diciendo estas últimas palabras.

Perdón madre y padre la vida no fue sencilla son ustedes, ahora parto y sé que los encontrare más cerca de mí que antes de matarlos por traición a la patria