martes, 19 de mayo de 2009

sobre mí

Es predilecto enmarcarte en una nota, quizá de la guitarra que intento o tocar o será más asertivo si te disuelvo en un te quiero. Por lo pronto te dejo un minuto de mi conciencia antes de volver a ser flexible contigo, solidarizarme con el tiempo y se inquisidor de mis nostalgias. Es la lluvia que permite conocer tres nubes con sombra, una estrella que no se alumbra sola y un te quiero que pretende hacerme sentir bien.
Todo melodrama que habla de ti, ahora me hace bien. Cada partida hacia la luna me acerca más a la aceptación de tu libre albedrio, porque el cielo me ha recomendado con tu partida y la soledad me encamina a un presente mas alumbrado . Eres inocente en tu sentir y palpitar, me declaro en estos momentos un alma de buena fe, porque el cambio que permanece en ti busca insaciablemente un momento alteridad con tu ego. Se prodiga con tu felicidad, incandescente con tus letras y prominente con lo que sueñas.
La noche me ha regalado dos inconscientes que me recuerdan que la felicidad es un estado de ánimo, que el éxito es tan solo una forma de vivir y que el amor esta perpetuado en mi fe. Hoy soy Dante; el de los sueños realizados, el de la fe inquebrantable y el justo de sus dichas. Soy ese que cambia en pro de mi destino.

No eres culpable de tus actos, tan solo eres una víctima más del conjunto de creencias. La fe solo te da ganas, depende de ti, que quieras hacer con esas ganas.

domingo, 17 de mayo de 2009

Fue hermoso Conocerte.

Murió el poeta de los cotidianos,
El justo casi consiente de los extranjeros.
Uno de mirada tranquila y de versos temerosos,
Ese que le hablo a una puta de para siempre,
Perene en sus letras como fracasos bíblicos.
Todavía te recuerdo en cada carta y cada hombre que mira.
Entre tus puentes y un poco de desamor.
Quizá sea porque tu bienvenida no llego, y tu coraza falleció
Fuiste el de los anecdotarios irreversibles, él de la pluma capicúa
Y le de dos centavos de verdad profética.
Nos dejas con una gran vacío en el alma poética,
Tan solo has entrado a la parte de la historia que siempre te memorara.
No solo por el poeta escrito, sino por el poema que emana tu vida
Por las palabras monumentales que indujeron tu primer amor
Son lo minutos a tu lado, como mi primer libro que leí.
Es Pedro o quizá la Bora, no lo sé
Tan solo te enmarco en cada letra que infinitamente te debe la gloria
De haber inmaculado tu nombre con serenidad enfrente de la desgracia.
Tu exilio te debe dos glorias más de tu vida.
El cielo espera cuatro paredes incrustadas por un soliloquio que perpetrar tu victoria
“ahora no tengo dudas, vas a llegar distinta; con nuevas, con honduras, con franqueza. Sé que voy a quererte sin preguntas. Sé que vas a quererme sin respuestas “. (Bienvenida: 1920)