martes, 1 de mayo de 2012

Me gustaría narrar algo, pero tengo mucho miedo de lo que pueda ser la verdad, tengo ganas de escribir eminentes historias donde la reflexión sea en parte aguas de casa párrafo, si pudiera cambiaría cada espacio común para cambiarlo por un mejor lugar, pero resulta que miento y mas miento, que todo lo que digo es una copia barata de lo que he leído... Soy un falto de personalidad que se inventa quien es con lo que escribe, que ente mas aparento mas falto de mi me encuentro, prefiero leer cada pendejada que escriba para burlarme de esa estúpida vida que tenía antes... Soy un mal escritor pero lo reconozco, soy una mala persona porque la trato de conocer, que soy un imbécil aparentador de todo. Me canso de escribir historias baratas, cuando lo único que tengo es mentiras muy caras, mentiras que me llevan a creerme que se quien soy, gran error y sobre todo, rayar en la soberbia de creerme algo cuando dudo mucho quien puedo ser... No quiero amigos si son por un rato, no quiero una novia si solo es para masturbar con su vagina, que me es deplorable invitarme vidas que no he vivido para pensar que las entiendo... No hay nada mas pobre que escribir por escribir... Es casi tan pobre como sexar por sexar, tan insípido como un poema mal entendido y sobre todo, tan mediocre como escribir para aparentar... Si te molesta leer me, no me interesa, a mi me interesa mi verdad y no la verdad de muchas putas palabras... Ofensa es esa que reclama tu conciencia y no mi indolente critica a lo que escribes... Nada te queda bien cuando de la cabeza sale, que del alma sale lo que el corazón pide, ¿Y tú, que quieres escribir ? Mas mentiras para que te adulen o mas verdad para sentirte miserable por tus actos .... Elige

domingo, 26 de febrero de 2012

foTo y tú

De seguro tendría que dejar de escuchar a Sabina para dejar de pensar en ti. Sí. Tal vez sea la solución más próxima para procurar no recordarte, en estas letras que van deambulando como el rostro de tu partid en mi corazón. Resulta que el tiempo avanza como un timbre en estas letras que siguen buscando un lugar para pesar en ti. Pero por el momento mientras escucho Sabina podría contarte las grande cosas que he vivido, pero también te tendré que contar que sigo pensando en ti, y contestaras ¿Qué te pasa?, déjame contarte que la coma no es coma sino es a tú lado, y no lo digo porque coma o no coma, porque si las sé usar en estos días poco interés les pongo, porque quizá cuando coma ahora tenga que pensar en ti. Sin desviarme del tema las cosas que tengo que contarte no es nada que no sepas, es como decirte lo que dicen que digo de ti, es como cuando juegas ese pequeño relato de la llamada y cada persona narra lo que escucha hasta que al final el mensaje llega totalmente distinto. Te recuerdo, es como cuando decían que decías que yo decía que en alguna parte había escuchado. Me sigo cansado de este distractor que solo hace que gaste más palabras intentando contarte las cosas que me han pasado, sigo escribiendo pero resulta que sigo sin llegar a nada. A veces me resulta un poco molesto escribirte tantas cosas. Sabes. Que siempre fui alguien muy distinto a lo que conocías, eso de estar leyendo libros y de esta escuchando música rara, no es algo que a todo el mundo le fascine aunque parezca que si. No. No. No. Me sigo desviando del tema porque en realidad no sé cómo se cuente una vida empezando por una despedida, es como cuando falleció mi mama, nunca te lo confesé pero siempre tuve mucho miedo de que muriera, quizá sea porque a veces es complicado empezar una carta diciendo “adiós” o “Hasta pronto”, esto lo hago por que de vez en cuando, cuando tomo las ultimas lecturas de cada libro me pregunto ¿Qué será de ti? ¿Me extrañaras? , veo la foto de mi madre postrada frente a este escritorio y en lo único que puedo pensar es ¿Cómo estarás? Y resulta que me lo pregunto porque nunca pude despedirme como quería la señora que me trajo a la vida, esa es una razón pero la verdad es que puedo hacer un cumulo de despedidas y darme cuenta que siempre fui malo para poder despedirme, entonces poder hacer una carta empezando por una despedida no es algo que se me dé por montones, porque tampoco es algo que añoro hace cada noche. La foto de mi madre, el dios petrificado de lado izquierdo y mi lado derecho repleto de quijotes que resuenan con el eco de Dulcinea, son cosas que me ponen bastante mal, como para poder hacerte una carta. Yo sigo sin querer hacer una carta de despedida pero resulta que mientras más escribo sobre ti, más preguntas tengo que hacerte y preguntas que responderte. Hace un meses escribía pensando en ¿Cómo poder contarte esto? Pero no puedo contártelo de otra forma que no sea como siempre lo he hecho, siempre fui distinto y con esto lo confirmo Continuara ...