Quiero dos noches,
Un café y veinte cinco miradas.
Pretendo devorar cuatro almohadas
Y saciar mi sed con un beso indispuesto.
De esto no paso mucho,
Pero habrá de pasar constante,
No eres la maja de mis cuentos
Ni muchos menos la de los pasos mutantes
Eres tan solo dos puntos fijos en la arena,
Que miran callada al infinito del hoy,
Son las severas palabras que alardeen,
Entre mi más vagabundo cotidiano.
De lo vivido recuerdo le mejor,
En lo conocido, que gracioso es contarlo.
Aun que sé tan poco, creo reconocer un poco de ti
Y hoy te debo cinco cosas, que encamarán
Como este sequito de versos a tus alumbrantes retinas parpadeantes,
Incrustadas en cuatro paredes abismales,
Que dicen todo, cuando estas pesando ,
En cómo decirme la verdad
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