Para que la guerra termine
Sé necesita la fe de muchas almas.
Para que algún día te tome de la mano
Necesitas aprender a decir te amo.
Para cambiar tú día basta con mirar tus ojos.
No busques guerra sin fusil,
Es como la lucha que no tiene sentido,
La que haces cuando estas solo.
Para ganar un minuto en tú mente basta con no dejarte de pensar
Sigue el mundo creyendo que soy el artista de la poesía a Beatriz
Mientras me dejo llevar por lo que dictamina mi elocuente fe,
Tengo la razón justa de una poesía bastarda
Como el estuche sin cerradura así es.
Porque de mi Beatriz no queda más que el nombre.
Porque en el viaje al infierno no fue Virgilio quien me ayudo fue Simone de Beauvoir,
De sus palabras congruentes tome la caza de brujas y peleamos contra la lealtad
Después caminamos juntos pensando en ¿Cómo llegar a ti ?cuando no eres tú,
Discutimos de lo que haces cuando vuelves a ser tú
A donde han ido tantas cosas de ti
¿Cómo se han ido todas tus risas?
¡Como explique a mi corazón que no eres Beatriz!
Hay cosas que nunca olvido como la foto juntos
Nunca pude seguir a Simone de Beauvoir
Aun que siempre conté con ella sin que lo supiera
En mi camino había cosas olvidadas
Como el café de él jarocho junto
Simone de Beauvoir decía que lo guardad por siempre
Quizá algún día lo volvería a utilizar
Como traspapelar tus manos en mi espalda
Es como descansar en el sillón de nuestras atroces lágrimas
Es virar una y otra vez al libro de poesía titulada tú
UN POCO MÁs dE tIeMPO
1 comentario:
No volverá jamás el mar de los antiguos
a rebañar las costas creadas por sus olas.
Un año de ancho, una vida de largo,
se sumió en la honda bocanada del fondo.
Luis Benitez
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